En los caminos jurídicos, nos encontramos con vientos del pasado que susurran a los juristas acerca de los rituales que sitúan el conocimiento académico y la práctica jurídica en planos topográficamente distintos.
El conocimiento empírico revela que la vieja idea de una débil conexión entre teoría y práctica aún flota en la atmósfera cotidiana de los abogados: se aprende una cosa y se hace otra, como si el intercambio de impulsos entre ambas no fuera lo suficientemente fuerte como para darse cuenta de que los planos que dan cobijo al conocimiento que nos ocupa, aparentemente distintos, están profundamente conectados.
La reproducción desenfrenada de viejos hábitos limita no sólo la adquisición de nuevos conocimientos, sino también la propia producción de conocimiento científico, y los pocos despachos que se atreven a desafiar las nuevas posibilidades están sujetos a la desilusión y la regresión, especialmente como resultado de la confrontación entre las técnicas aplicadas a la investigación y las exploradas en el litigio o el asesoramiento, ya que el acceso a nuevos conocimientos y la producción de ciencia requieren esfuerzos exegéticos y temporales diferentes de los que exigen las formas habituales de la práctica jurídica.
Sin embargo, esto no significa que exista una imposibilidad total de comunicación entre estos distintos campos.
El Derecho, como ciencia integrada, diseña vías para reunir ámbitos, materias y técnicas que superficialmente se consideran incompatibles.
La investigación con un alcance bien definido abre el camino para que se planteen tesis jurídicas innovadoras y responsables, para que se patrocinen estudios y se realicen trabajos que nos ayuden a tomar nuestra realidad y mirarla desde otras perspectivas y, sobre todo, para que proporcionemos la mejor orientación a los negocios de los clientes bajo la máxima de la responsabilidad, dirigiéndolos, cuando surja la necesidad, a otras áreas del despacho capaces de colaborar en la búsqueda de la mejor solución.
El año 2023 llega con nuevos sueños, nuevos retos y nuevas metas.
La consolidación del área de investigación científica en PDK Advogados indica el camino hacia la innovación que se ha marcado desde sus inicios, abandonando los actos repetidos sintomáticamente por otros modelos jurídicos en honor a la tradición.
Con las nuevas oportunidades que nos ofrecen los tiempos, destacamos la realización de investigaciones científicas para el mercado, el desarrollo de tesis jurídicas innovadoras y la producción de conocimientos capaces de resolver los enfrentamientos a los que se enfrentan los distintos sectores sociales en las más diversas áreas del Derecho.
No nos limitaremos a reproducir los conocimientos que ya dominamos, sino que navegaremos juntos por lo desconocido hacia las mejores y más factibles soluciones jurídicas para nuestros clientes, para el mercado y, sin duda, para la propia sociedad.